Tuesday, March 15, 2011

Revelación de Dios

"Lámpara es a mis pies tu palabra,
         y luz para mi camino."


¿Cómo es que decimos que la Palabra de Dios es la que nos guía y andamos como el mundo anda? Esto es paradójico.  El cristiano debe ser congruente.  Si expresamos que la Palabra de Dios es la lumbrera de nuestro caminar, entonces deberíamos andar en santidad.  La Palabra de Dios nos demanda santidad “porque sin santidad nadie vera al Señor.”   Algunos de los sinónimos de santidad son: virtud, integridad, caridad, fe, ejemplaridad.  Debemos ser un ejemplo para el no creyente, manifestando a Cristo en nuestro vivir.  Santidad no quiere decir que somos perfectos o santos.  Santidad es una acción, una característica del creyente, aquel que en verdad se ha negado a sí mismo para andar en el Espiritu. El deseo de nuestro Creador es que andemos conforme al Espíritu.  Cuando andamos conforme al Espíritu podemos resistir las tentaciones y asi no dejarnos manchar por el mundo.  Santiago 1:14 nos dice que "La tentación es la seductora atracción que ejercen sobre el hombre sus propios malos deseos."

“Toda la Escritura nos ha sido dada por Dios, que la ha inspirado, y es útil para enseñarnos la verdad, hacernos comprender nuestros errores y ayudarnos a llevar una vida recta.”  Muchos nos referimos a La Escritura como el diario de Dios porque ella manifiesta y revela al Creador y Su propósito para la humanidad. Entonces, ¿porque no le dedicamos tiempo si en Ella se encuentra el secreto de vivir en armonía con Dios? Algunas de las excusas porque no leemos la Escritura es que “no la entiendo; es difícil de descifrar; se necesita un teólogo para que la explique” etc.  Sin embargo, Dios desea revelarse a sus hijos, por lo que nos dejo al Espíritu Santo para que nos instruyera y revelara lo secreto de Su Palabra.  Efesios 1:17 nos dice: “pidiendo que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en un mejor conocimiento de Él.” La traducción en lenguaje actual lo expresa de esta manera: “Le pido al Dios de nuestro Señor Jesucristo, es decir, al Padre maravilloso, que les dé su Espíritu para que sean sabios y puedan entender cómo es Dios.”

Muchos dicen que ya no hay revelación de Dios. Entiendo que ya no hay mas nada que añadir a la Escritura, pero Dios desea revelarla para que todos la entiendan. Basado en esto, podemos decir que ya no hay más inspiración de Dios, pero aun hay revelación.  La palabra ‘revelación’ en este aspecto se definiría como ‘explicación o descubrimiento’ de las profundidades de los escritos Bíblicos.  Siempre comentamos que ‘la Palabra es vida’ porque leemos el mismo versículo o capitulo varias veces y recibimos diferente mensaje en cada lectura.  También escuchamos que  varias personas leen el mismo versículo y reciben diferente mensaje o ‘revelación’ de ese versículo.  Como podemos explicar esto sino es mediante la revelación divina para cada lector. El Señor conoce nuestra necesidad y nos habla, conforta, redarguye, mediante Su Palabra.  Por lo tanto, un versículo puede ministrar diferente personas a la misma vez, según la necesidad de la persona, en el momento de leer la Escritura.

Santiago 4:2 (traducción en lenguaje actual) nos dice que nosotros no tenemos porque no se lo pedimos a Dios (parafraseado).  En verdad nuestro Creador desea que le codiciemos; que apetezcamos conocerle íntimamente.  El quiere revelarse a nosotros, así como se le revelo Adam. La Escritura no es para interpretación privada;  no es para una sola persona.  Si le pedimos a Dios que nos revele lo inspirado, El lo hará, porque El sabe que la revelación de lo inspirado nos liberta.

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